domingo, 22 de marzo de 2015

Cervezas con pajita y otros micromachismos

Hace poco estuve de viaje en Polonia por cuestiones de trabajo. Y teóricamente debería hablar de las bondades de la gastronomía polaca, sin embargo, algo me llamó la atención (no solo a mí, también a otros compañeros). ¿Qué es eso tan sorprendente? 

¡Nos sirvieron las cervezas con pajitas! 

Fue sobrecogedor. Durante unos minutos no pude articular palabra, ya que me quedé anonadada. No soy una experta en cerveza, a pesar de ser mi bebida fetiche, pero en mi vida había visto servir una cerveza con pajita. He presenciado discusiones sobre cómo echar la cerveza, si debe tener sus dos dedos de espuma o no, quien la prefiere negra a rubia… pero nunca he visto a nadie argumentar sobre si una cerveza debe llevar pajita o no. A ninguna mente se le habría ocurrido que eso pudiera suceder. 
Documento gráfico del OVNI
Continuando con la narración, yo seguía con los ojos ojipláticos por el mero hecho de ver una cerveza con pajita (como si hubiera visto un extraterrestre), cuando me percaté que no todas las cervezas llevaban dicho artilugio, solo las que eran para las mujeres. Y ahí la gracia que podía tener el avistamiento del ovni se diluyó por completo. ¿Por qué razón una mujer a la que le gusta la cerveza querría bebérsela con una pajita? ¿a qué mente machista se le ocurrió eso?

Esta mera anécdota, me hizo reflexionar sobre los micromachismos que sigue habiendo en algunos aspectos de nuestra vida, a los que no damos importancia pero que están ahí. No soy una abanderada del feminismo ni mucho menos, además, mi juventud no me ha permitido sentir en mis carnes el machismo más profundo; pero hay ciertas situaciones, como la descrita anteriormente, que hacen que se me revuelva algo en el estómago y sienta la pervivencia de ciertos ecos machistas.

Muchos os preguntaréis a qué tipo de situaciones me refiero. Una de ellas es la de estar con un amigo y pedir una cerveza y un agua al camarero. Si por una de aquellas el camarero no es el mismo que te ha tomado nota, hay altas probablidades de que sirvan la cerveza a tu amigo, en vez de a ti (pobre mujer deseosa de meter un poco de cebada en tu cuerpo).
Otra situación es el momento de pagar la cuenta. Si estás con un hombre es altamente probable que le den la cuenta a él, aunque la hayas pedido tú con toda la intención y vayas a pagarla tú porque quieres, puedes y no necesitas que nadie te lo pague. 

Algunos pensaréis que es darle demasiada importancia a situaciones banales; yo normalmente no se la doy o me tomo con humor dichas confusiones. Pero, a veces, hay que levantar la voz y decir que ¡no está bien! que no quiero agua, que lo que quiero es:

¡U-NA CER-VE-ZA SIN -PA-JI-TA Y LA CUEN-TA LA PA-GO YO!

domingo, 22 de febrero de 2015

Solo ante los fogones

Sí, por fin, a tus 35 años has salido del nido (¡olé tú!). Al principio te crees súperman y piensas en todo lo que harás sin tener a nadie que te pregunte todo el día adónde vas, qué haces, con quién sales o poder ir al baño tranquilamente sin hacer cola (¡qué gustazo!). Sin embargo, pronto te das cuenta de que has perdido las grandes ventajas que te proporcionaba la mami; sobre todo lo referente a la comida. Empiezas a echar de menos llegar a casa y tener la comida encima de la mesa... De repente, viviendo solo ya no te importa comer cinco días seguidos pasta con atún, cuando antes eras un sibarita de cuidado. Después de la primera semana de motivación, te ves abocado a una rutina donde la comida ya no ocupa el puesto más importante y la has dejado relegada a disfrutarla en los bares y restaurantes. Pero… ¿cuáles son los errores más comunes que cometemos los pobres solitarios para acabar así?
  1. Hacer la compra como si vivieras con cinco personas más en casa.
Al principio haces las primeras compras muy entusiasmado, ves ofertas y paquetes 3x2 por todos lados y piensas en todo lo que te vas a ahorrar. Sin embargo, pronto la realidad llama a tu puerta: ves que la bolsa de 10 kilos de patatas se ha echado a perder y que el pack familiar de yogures son para una familia (como su nombre indica). Oye, pero no todo va a ser malo, tienes papel higiénico para tres meses (que eso no va a caducar).
  1. No hacer un menú semanal.
Otra cosa que influye en que tires más comida de la necesaria a la basura es la falta de una planificación de las comidas. Además de contribuir a una dieta poco variada y con más grasa de la necesaria. Pierde 15 minutos el domingo en pensar qué vas a comer y cenar cada día de la semana, lo que te ayudará a tener una lista de la compra de cosas que sí que vas a utilizar.
  1. Creer que la pasta es tu única amiga.
Vale, que sí, que es rápida de hacer, con cualquier salsuca que tengas por casa tienes ya una comida hecha. Pero, alma de cántaro, existen otras comidas que no te van a quitar mucho más tiempo: ensalada, arroz, legumbres precocinadas, verduras a la plancha, crudas o en conserva, carne a la plancha con unas buenas hierbas aromáticas…¡existe la vida más allá de la pasta!
  1. Si estoy yo solo, ¿pa’ qué?
Sí, cuando vives solo, llega un momento en el que cocinar se convierte en un hazaña solo reservada a aquellos que no viven huraños y ermitaños como tú. Entras en un bucle de pereza y acabas autojustificando tu propia desidia con la excusa de “cocinar para uno no luce”. Eso es solo una excusa para quedarte sentado en tu culo carpeta viendo más series, así que despierta tu lado gurmé y vuelve a los fogones. No es necesario cocinar para uno, puedes cocinar para tres y guardar la comida en un táper para otros días. 45 minutos de preparación hoy, pueden ser sólo 5 mañana calentando esas lentejas tan buenas que te salieron el otro día.
  1. No tener una olla exprés.
Puede parecer una tontería, pero el tener una olla exprés puede facilitarte mucho la vida de soltero, ya que esas lentejas, ese cocido, ese guiso que tantas horas cuestan de hacer en una olla normal, puedes tenerlas en un santiamén con la olla rápida. Como hemos dicho antes, puedes aprovechar para hacer más cantidad y tener para más días, incluso congelarlas. Yo desde que puse una olla exprés en mi vida, cada vez me hago más “comidas de abuela” y las disfruto sobremanera.

Para terminar, un consejo gurmé:
 ¡Deja de ser un pobre monguer amargado y vuelve a disfrutar de los pequeños placeres de la vida como la comida!

domingo, 7 de diciembre de 2014

Algo se muere en la cocina cuando un top chef se va...

¡Llorando estamos con la salida de Top Chef de Víctor Rodrigo! La verdad es que aunque no hemos publicado por falta de tiempo sí que hemos estado viendo absolutamente todos los programas. Y, claro está, que Víctor era uno de nuestros favoritos, junto con el polémico Carlos y el semifinalista David; casualidad que dos de ellos sean de la terreta como servidoras.
Foto de www.samsha.es
¿Por qué nos gustaba Víctor? Básicamente por su actitud ante los retos; veíamos una sonrisa, una cara de pillo, algo que nos transmitía que disfrutaba cocinando, que para él era un juego (en el mejor sentido de la palabra) y donde en otros cocineros veíamos caras de agobio, en él se reflejaba una cara de felicidad ante los desafíos, una pasión absoluta por la cocina. También veíamos creatividad, originalidad, colores... Un cocinero con alma de grafitero.

Da la casualidad de que nosotras habíamos incluido su restaurante Samsha en el Tour gurmetero (que aún estamos en trámites de completar) antes de que Víctor saliera en Top Chef y, por desgracia, todavía no hemos podido ir a probar sus platos. Así que desde el principio teníamos una predilección por que él llegara a la final.

Con una lagrimita en la cara nos despedimos de él, poniendo toda la carne en el asador en David, nuestro pequeño Ratotuille, del que esperamos que resulte ganador o ya nos tiramos dos semanas llorando otra pérdida y sintiendo una injusticia en nuestro corazoncito.

Clase magistral con chufa de los «Top Chef» más polémicos
Foto de abc.es
No vamos a terminar la entrada sin hablar del polémico Carlos. Tenemos que confesar que su rollo sincero y destroyer nos encantaba. Con Carlos no hay punto medio: o lo odias o lo amas. Sería el típico amigo que, aunque a veces se le va la cabeza y ves que no tiene razón en un montón de cosas, no puedes separarte de él y que te hagan gracia algunas de sus reacciones. Ni que decir de su cocina, una de las más atrevidas, originales y cañeras que han salido en esta temporada de Top Chef. Como cocinero no hay ningún pero y su salida también nos hirió, ya que nos parecía imposible que Carlos reflejara su cocina sin más ingredientes que los dispuestos para una cocina tradicional.

                                    Sin más, nos despedimos y ¡larga vida a Ratatouille!
http://imagenes.conmuchagula.es/2014/09/davidgarcialinguini.jpg

martes, 4 de noviembre de 2014

COMIDA TERRORÍFICA

Noviembre, ¡mes otoñal con fama de espectral! empezaba un poema del tebeo (la pregunta es por qué recuerdo eso y no lo que comí ayer...) y es que estas fechas en las que la noche le gana horas al día, empieza a refrescar (eso si se acaba de una vez este veroño extraño en el que estamos, que solo sabemos que no es verano por que hasta hace dos días estábamos a 30º) pues el ambiente tiene un puntillo siniestro. Y por eso aquí en tierra patria, se colocaban desde antiguo velitas en aceite para guiar a los muertos a casa (¡qué ganas! ¡pongan un guardia civil con un gusiluz ya de paso!) se cocinaban esas pastitas dulces conocidas como huesos de santos, y había un recogimiento triste y silencioso que se extendía entre las colas de personas que peregrinaban a los cementerios secundadas por ese olor a flores que a mí, personalmente, siempre me ha parecido de lo más macabro. Pero la España de toquilla y cirio es también la España de bombo y platillo, y las nuevas generaciones han pasado de peregrinar al cementerio para hacerlo al bar de turno ataviados de monstruos malvados (ellos) y de monstruas sexys (ellas), porque sí, queridos lectores, aquí en Halloween si eres mujer y quieres disfrazarte de momia, de zombie, de bruja o de vampira, solo puedes ser una momia putilla, un zombie putilla, una bruja putilla o una vampira putilla. Eso es así. Es un axioma fundamental de la fiesta.
Y volviendo al tema chef (que tenemos olvidado, ya, ya; que hace mucho que no actualizamos, sí, sí, lo sabemos) este fin de semana nos metimos en la cocina para preparar una comida terrorífica. Google imagenes nos brindó algunas ideas, y ¡¡he aquí los resultados!!

Malvadas arañas patudas 
¡Fácil, rápido y con un resultado espectacular! hacemos unos huevos rellenos tradicionales (es decir, cocemos los huevos, los cortamos por la mitad, sacamos la yema y la trituramos junto con un poco de atún en conseva y mahonesa; después rellenamos los huevos con la masa) y dedicamos unos minutos a ir troceando una olivas negras (sin hueso) con la forma de las arañas. Media oliva para el cuerpo y luego 8 gajitos para las patas. ¡Geniales!

MOMIAS RECIÉN LEVANTADAS DE SUS TUMBAS
Otra foto de google fué el gran inspirador. Cogemos unas salchichas y les hacemos unos cortes a lo largo que harán las veces de brazos y piernas. Las hervimos (sin dejarlas demasiado tiempo porque si no se ablandan demasiado y se rompen) y reservamos. Vamos cortando tiras largas de hojaldre y envolviendo las salchichas (secas y enfriadas) con gracia, para que parezcan vendas. Normalmente pinto el hojaldre con un poco de huevo para que se dore, pero esta vez lo dejé tal cual para que las vendas fueran lo más blancas posible. Horneamos 15min a 180º y ¡¡listo!! los ojitos son de mahonesa aunque también se pueden hacer de mostaza y poner un poco de ketchup a modo de sangre para decorar.
PASTELES DEL BOSQUE CON GUARNICIÓN DE GUSANOS
Una reinvención de unos muffins (que no me gustan) por algo más tradicional: masa de bizcocho dentro de unas tartaletas de papel de magdalena. A la masa le añadí un poco de colorante azul recordando el desastre del bizcocho de colores pero advirtiendo que en esta ocasión el tono verde hongo vendría de perlas. Una vez fuera del hornoles hice una cobertura de nocilla y decoré con topings de chocolate negro (huevas de gusano) un poco de almendra molida (tierra removida) y unos gusanos de gominola.


martes, 30 de septiembre de 2014

Despropósitos decorativos: ¡Qué m***** de decoración me han puesto!

Aquí nos encontramos otra vez en Tanatorio culinario. No, esta vez no hemos sido nosotras las autoras de ningún desastre culinario; sino que he tenido la ocasión de asistir al desastre hecho decoración en dos restaurantes rumanos.

Para quien no lo sepa, servidora lleva viviendo tres años en Rumanía. La verdad es que aquí la comida está muy buena, tienen muchísimas sopas y carnaza, aunque pecan de exceso de cantidades y, como veréis, en ocasiones andan anclados en los ochenta (los ochenta españoles, claro). 

Si algo hemos aprendido viendo Masterchef y Top Chef es que "si no se come o aporta algo en el plato, no se pone"; sin embargo, aquí no ha llegado a algunos restaurantes rumanos. Por favor, pasen y vean los siguientes tres platos:
 En este primer documento gráfico nos encontramos con una lasaña decorada por cuatro trozos malpuestos de pimiento crudo. ¿Para qué quiero yo pimiento crudo?
 Aquí nos encontramos con una pechuga con abundantísima salsa de champiñones y patatas. Pero, ¿qué ven mis ojos? Una rodaja de limón con un trozo de pimiento a modo decorativo. ¿Qué narices tiene el chef en la cabeza? ¿Limón y pimiento?
Por último, asistimos a la sofisticación de la decoración anterior. Estamos ante un plato de ternera con salsa de pimienta verde (¿hay carne debajo de la cantidad de salsuca?) y patatas fritas. Sorprendentemente, los mismos ingredientes ornamentales: limón y pimiento. Oye, pero aquí no han puesto una rodaja de limón y "chimpún"; han hecho un librito o flor con el limón y le han insertado tres tiras de pimiento crudo. ¡Se lo han currado de verdad!

En conclusión, podemos observar que el limón y el pimiento crudo son la decoración estrella. ¿Por qué? No lo sabemos, no lo entendemos, pero seguiremos en busca de más documentos gráficos que ilustren este despropósito culinario.

P.D. Siento comunicaros que no tengo foto de un plato de patatas fritas que decoraron con una rodaja de naranja. True story.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

¡Vuelve Top Chef!

Screenshot from 2014-09-03 11:45:17.pngEsto es un no parar: acaba Masterchef, un poco de descanso y ya Top Chef está a la vuelta de la esquina. Hoy han anunciado que esta segunda temporada empezará el próximo lunes 8 de septiembre a las 22:30 en Antena 3.
Además, se inicia con una gran novedad: cambio de jurado. Nuestro amado Chef del mar, Ángel León, no participará en esta nueva edición. ¿Quién podrá superar ese impacto con plancton que dejó en nuestro corazoncito? Pues ahí llega Yayo Daporta para sustituirle, uno de los cocineros más jóvenes con Estrella Michelín (como reza en la web del programa). Yo no sé a vosotros, pero con eso de que se llame “yayo” ya nos tiene casi ganadas.

Seguirán al pie del cañón Susi Díaz y el incansable Alberto Chicote. Esperamos que en esta edición les den más cancha al resto del jurado y que el omnipresente Chicote no los eclipse.
Screenshot from 2014-09-03 11:44:51.png
¿No habíais dicho 22:30?
En la web del programa ya se pueden ver vídeos con algunos de los participantes, pero el apartado de “concursantes” sigue sin estar actualizado. Mal, muy mal, si anunciáis el comienzo de la temporada, lo lógico es que la web esté al día. Incluso nos encontramos con alguna incongruencia en la hora de comienzo en la propia web: ¿22:00 o 22:30?

A pesar de estas pequeñas dudas, el lunes estaremos pegadas a la tele, al ordenador y/o a lo que haga falta para ver este nuevo comienzo. No prometemos quedarnos hasta el final, ya que los grandes programadores de televisión se empeñan en poner los programas a las tantas y con un carro de anuncios incluido, incompatible con la vida laboral y con las diferencias horarias existentes para los compatriotas exiliados. Lo único que esperamos es que suban los programas completos a la web para poder ir al día.

¡Enciendan los fogones, Top Chef vuelve!


domingo, 24 de agosto de 2014

Trocitos de cielo o Comida de los dioses

Con este título nada pretencioso queremos daros a conocer este postre, que, resumiendo, se trata de un hojaldre con una especie de crema pastelera. Lo habíamos probado varias veces hecho por Ela, pero nunca nos habíamos atrevido a ponerlo en práctica. El postre no tenía nombre hasta que lo bautizamos tal que así porque nos encantaba. A continuación os contamos la receta, nuestros avatares y el resultado final.

Ingredientes: 
  • 1 litro de leche
  • 5 cucharadas de harina
  • 7 cucharadas de azúcar
  • 200 gr. de mantequilla
  • 2 cucharadas de vainilla (nosotras le pusimos azúcar avainillado)
  • 2 placas de hojaldre
  • Almendras y coñac opcionales (nosotras no pusimos)

Pasos:
Paso 1
  1. Mezclar la leche, la harina y el azúcar y colarlo. Ponerlo a fuego lento y remover continuamente hasta que espese, como una textura de crema.
  2. Dejar enfríar la mezcla anterior y remover de vez en cuando.
  3. Aparte batir la mantequilla hasta que esté blanca y añadirle dos cucharadas de vainilla.
  4. Mezclar la crema fría con la mantequilla y batir de nuevo.
  5. Dejarlo en la nevera para que se enfríe (en este paso podemos añadir coñac si queremos).
  6. Cortar las placas de hojaldre en forma de cuadrado y meterlos al horno siguiendo las instrucciones del fabricante. Sacar y dejar enfríar.
  7. Una vez fríos abrirlos por el medio y añadir la crema por dentro y por encima. 
  8. Aparte romper un hojaldre y ponerlo en trocitos encima del hojaldre con la crema (en este paso podemos añadir almendras si queremos).
 

  1. Servir, comer y elevarse al cielo de los dioses.

Dificultades sufridas:
  • En la receta que nos pasó Ela ponía que la mezcla de leche, harina y azúcar se tenía que poner dura. Removíamos, removíamos y se iba espesando pero nada de ponerse dura. Después de 40 minutos dale que dale lo dejamos bien espesito y paramos. Probablemente la diferencia dura/espesa Ela no la tenga muy clara, dado que es armenia. 
  • Otro problemilla lo tuvimos con el bate bate de la mantequilla. No sabemos exactamente qué es eso de que se ponga blanca. Pero nosotras al final decidimos derretirla un poco para poder batirla porque en pomada era imposible de batir.
  • ¿Por qué nos odia el hojaldre? Menos mal que compramos dos de marcas diferentes. El primero refrigerado de la marca Consum se quedó hecho un desastre, parecía más masa de empanadilla que hojaldre. El segundo de Casa Tarradellas dio mejor resultado. Aunque recomendamos el hojaldre congelado de Hacendado.
Idas de olla:
  • ¡Te queremos Julio! Queremos mandar un saludo a nuestro cámara invisible por estar ahí mientras hacíamos nuestros primeros pinitos televisivo-culinarios. Esperamos que a la próxima seas real y no seas más un resto de nuestra imaginación.

Veredicto:
  • Para nosotras: un 10 más que merecido.
  • Para el comensal Víctor-Chicote: un 9, nos metió un zasca en la presentación, pero no se pudo resistir al magnífico sabor.